La reciente aparición del libro titulado «El odio» ha provocado una gran controversia al enfocarse en José Bretón, quien fue sentenciado por el asesinato de sus hijos Ruth y José en 2011. Este libro, obra de Luisgé Martín, recrea los acontecimientos e incluye entrevistas y correspondencias con Bretón, en las que este confiesa su culpabilidad. No obstante, Ruth Ortiz, la madre de los niños, no fue contactada ni se le pidió su opinión durante la elaboración de la obra, lo que ha suscitado críticas respecto a la falta de sensibilidad y ética en su desarrollo.
La reciente publicación del libro «El odio» ha desatado una intensa polémica al centrarse en la figura de José Bretón, condenado por el asesinato de sus hijos Ruth y José en 2011. La obra, escrita por Luisgé Martín, reconstruye los hechos y presenta entrevistas y correspondencia con Bretón, donde este admite su culpabilidad. Sin embargo, la madre de las víctimas, Ruth Ortiz, no fue informada ni consultada durante el proceso de creación del libro, lo que ha generado críticas sobre la falta de sensibilidad y ética en su elaboración.
Ruth Ortiz ha expresado su dolor y sorpresa por la publicación, considerando que esta revictimiza su experiencia y vulnera su derecho a la intimidad y al honor de sus hijos fallecidos. En una carta pública, enfatizó que no se debe otorgar voz a los asesinos, especialmente cuando esto implica faltar al respeto y revivir el sufrimiento de las víctimas. Ortiz agradeció el apoyo recibido de diversas instituciones y manifestó su esperanza de que, colectivamente, se logre erradicar cualquier forma de violencia ejercida contra las mujeres
La editorial Anagrama, encargada de lanzar el libro, detuvo provisionalmente su distribución mientras revisaba el caso con su equipo legal. Defendió el derecho a la creación artística y la libertad de expresión, indicando que la intención de la obra es indagar en la psique del asesino sin exonerar sus delitos. No obstante, para muchos, el no haber considerado a Ruth Ortiz en el desarrollo del libro es percibido como una importante falta ética.
La editorial Anagrama, responsable de la publicación, suspendió temporalmente la distribución del libro mientras evaluaba la situación con sus servicios jurídicos. Defendió el derecho a la creación literaria y la libertad de expresión, argumentando que la obra busca explorar la mente del asesino sin justificar sus crímenes. Sin embargo, la falta de consulta a Ruth Ortiz durante el proceso editorial ha sido vista por muchos como una omisión ética significativa
El debate en torno a «El odio» pone de manifiesto la compleja intersección entre la libertad de creación artística y los derechos de las víctimas. Mientras algunos defienden la importancia de explorar y comprender la psicología de los criminales, otros argumentan que hacerlo sin considerar el impacto en las víctimas y sus familias puede ser una forma de maltrato adicional. La ausencia de la voz de Ruth Ortiz en la narrativa ha sido vista por muchos como una perpetuación del daño sufrido, destacando la necesidad de un enfoque más ético y respetuoso en la representación de tales tragedias