“Sí, somos mayoría relativa. Y entonces ? » En la tranquilidad de su despacho en el Ministerio de Relaciones con el Parlamento, Franck Riester muestra un optimismo no fingido al hablar de esta legislatura tan especial.
A un año de la segunda vuelta de las elecciones legislativas, el 19 de junio de 2022, que trastornó profundamente el equilibrio nacional -con la pérdida de la mayoría absoluta para el campo presidencial y la llegada de 89 diputados de la Agrupación Nacional (RN) –, “la realidad es que el Parlamento funciona”asegura el señor Riester, recordando que se han aprobado veintiocho proyectos de ley, “incluidos solo tres con el 49.3 [cet article de la Constitution permet d’adopter un texte sans vote] ». Minimizando así la incapacidad del ejecutivo de encontrar una mayoría en esta Asamblea sobre sus dos textos presupuestarios en otoño de 2022 y especialmente sobre su emblemática reforma, la de las pensiones, en marzo.
La serenidad de la ministra de Relaciones con el Parlamento contrasta con la constante tensión e imprevisibilidad que reina desde hace un año en el hemiciclo del Palais-Bourbon. “Los textos pasan. Pero a qué precio ? La de alejarnos un poco más cada vez de nuestra capacidad de reforma”señala la vicepresidenta (Horizontes) de la Asamblea Nacional, Naïma Moutchou.
Las elecciones legislativas de 2022 confirmaron la tripartición de la vida política, con tres grandes bloques: en el centro, los tres grupos de la coalición presidencial -Renacimiento, MoDem y Horizontes- con 251 diputados; a la izquierda, los 151 miembros electos de la Nueva Unión Popular Ecologista y Social (Nupes); y, en el extremo derecho, los diputados RN.
pero este 16mi el legislativo se caracteriza sobre todo por el antagonismo sin precedentes entre el poder ejecutivo y el poder legislativo. Con, de fondo, un enfrentamiento de dos legitimidades que se repiten constantemente en la vida parlamentaria desde hace un año: la de las elecciones presidenciales, donde Emmanuel Macron fue reelegido sin impulso frente a la extrema derecha; y el de una Asamblea fragmentada en diez grupos, donde el Jefe de Estado no cuenta con la mayoría absoluta para aplicar al pie de la letra su programa.
“Dos regímenes impotentes”
Los primeros debates parlamentarios estuvieron marcados por el resurgimiento de la división izquierda-derecha en textos como el poder adquisitivo o el seguro de desempleo. Pero el examen de los presupuestos en otoño y sobre todo la presentación de la reforma de las pensiones sacaron a la luz las dificultades estructurales del Gobierno, condenado a seguir una estrategia de «texto por texto» llevado por la Primera Ministra, Elisabeth Borne.
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