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El Manresa se lleva la gloria y el Barcelona la victoria | Baloncesto | Deportes

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Copa del Rey – cuartos – jornada 1

Barça

Baxi Manresa

Baxi Manresa

Aunque el susto fue morrocotudo, el Barça impuso su ley en los compases finales tras pasarlas canutas ante un Manresa que se dejó la piel en el intento, una sensacional probatura de baloncesto pirata, por eso de jugar al abordaje, y de buen gusto. Así, las palmadas se las llevaron los del Baxi y los aplausos los azulgrana.

Hace dos cursos el Manresa perdió de 36 puntos en los cuartos de la Copa ante un Barça que después se coronó. Una paliza, un buen coscorrón, que, sin embargo, no se le indigestó al equipo de Pedro Martínez porque entendía que el premio era participar y disfrutar del torneo. En esta ocasión, el Baxi llegó al Martín Carpena con la misma premisa, aunque distinta mentalidad, pues se sabe que el rival que quiera ganarle tiene que estar dispuesto a correr de lo lindo, toda vez que sus ataques son a la velocidad de la luz, piernas para que os quiero.

Encestaba el Barça y en un periquete Taylor la pasaba y ya era Robinson el que entraba a canasta o Pérez el que se definía desde el perímetro; ataques, bufidos. Entró en su juego el Barça, dispuesto a esprintar, y se atragantó de inicio, por más que Parker, conforme con el estilo porque su baloncesto llega de la NBA y de los correcalles, se significara como habitúa en las últimas fechas, jugador que ha cogido la forma y el tono, siempre muñeca de oro. Pero al mate de Vesely replicaba Geben al tiempo que Vaulet se hacía grande. Momentos de desconcierto para el Barça (9-18) expresado en un instante. Ese en el que Satoransky hizo una falta en ataque y pidió la revisión a Grimau, que hizo oídos sordos para enfado del base. En la siguiente jugada, Satoransky hizo una falta defensiva y se fue al banquillo.

Jokubaitis dio el relevo y también el combustible que necesitaba el Barça para volver a engancharse, para sellar el epílogo con estrecheces (22-23). Sudaba entonces el Manresa, menos atinado en los lanzamientos y más ocupado en frenar a la segundía línea azulgrana, pues Willy Hernángomez se hacía grande bajo el aro.

Aunque el peor de los castigos se lo infligió Pedro Martínez a su equipo cuando protestó una decisión del colegiado y fue sancionado con técnica –“¡árbitro culé!”, clamaba el pabellón–, ya que Laprovittola sumó cuatro puntos de carrerilla y puso por delante a un Barça que quería mirar por el retrovisor. Porque Vesely ya gobernaba en la pintura; porque Jokubaitis recordaba a ese jugador Repsol que despuntaba con Jasikevicius; y porque Parker seguí a lo suyo, 13 puntos al llegar al entreacto. 50-43 para el Barça y un cachetazo para el Manresa porque lo hizo todo bien hasta que se le desafinó la muñeca se le torció el partido. O no, porque este equipo, decíamos, no iba a repetir los errores del pasado. El Barça, que decidió volver a jugar a la carrera, al sprint, sí.

Sucedió que tras el entreacto Robinson no bajó los brazos sino que los levantó por encima de todos para reivindicar sus ambiciones. Eso más la eclosión de Badio –jugador cedido por el Barça– puso el parcial de cero a once, también el 54-56. Contador a cero y Manresa al cuadrado. Y al otro lado de la red, Satoransky al rincón de pensar, ya que no destilaba su baloncesto, torpe para jugar con el turbo puesto. Para eso estaba Jokubaitis, más cómodo con los acelerones y capaz de sacar jugo de sus compañeros. Así que se llegó al capítulo final con todo por decidir, con un ajustado 74-71.

Trataba de poner tierra de por medio Hernángomez, colosal bajo los aros con un doble-doble (16 puntos y 10 rebotes), pero el Manresa tenía siete vidas. O más porque volvió a refugiarse en el rompecinturas Badio y en los triples de Pérez y Taylor que pusieron en ventaja al equipo. (87-88). Pero Parker volvió a la carga con un triple, una de dos y un tapón…, sanseacabó. Nadie le quitará al Manresa la gloria. Al Barça, sin embargo, tampoco la victoria.

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By Henry Valdivia

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